ENJUICIAR A LOS DEMÁS

ENJUICIAR A LOS DEMÁS

Cuenta el doctor Mario Alonso Puig en su recomendadísimo libro “Vivir es un asunto urgente” que en cierta ocasión se disponía a asistir a una entrevista junto a uno de los asistentes a uno de sus seminarios. El motivo era hablar de su situación personal y profesional. Como Puig tenía una importante reunión a posteriori su mente enjuiciadora, cuenta, empezó a mostrarle la frustración por tener que visitar a esa persona que poco le podría aportar. Pero de repente una pregunta surgió. ¿Si ese individuo fuese el presidente de una empresa o el decano de una prestigiosa universidad la reacción sería de frustración? La respuesta, expresa Puig en su libro, es clara: NO. En muchas ocasiones nos dejamos engatusar por esa voz enjuiciadora y no escuchamos a las personas ni las vemos como lo que son: personas. Simplemente nos dejamos llevar por esa voz interior. Esa voz interior nos aleja de las personas, nos aparta de los demás y no nos hace quererlos si no se comportan como nosotros pensamos que deben comportarse o actuar. Además da por supuestas situaciones que puede que no se produzcan. Cuantas veces, al ver que nuestra pareja se retrasa en más de una ocasión nos asalta una voz interior diciendo “este o esta me está poniendo los cuernos”. Si en vez de enjuiciar escuchásemos plenamente a la otra persona, sin juicios, comprenderíamos que ambos crecemos en el desarrollo de cada uno. En cambio, si lo que prima es enjuiciar a la otra persona no estaremos atendiendo plenamente a aquello que nos quiere transmitir y nos apartaremos de esa persona. Tenemos que abrir nuestro...
¿ES MALO EL ESTRÉS?

¿ES MALO EL ESTRÉS?

Si hacemos una búsqueda por Google utilizando la palabra estrés aparecen resultados como “elimina el estrés en 7 días” o “cómo acabo con el estrés”. Pero realmente ¿es malo el estrés? En una primera reflexión básica vemos que no. El estrés nos trajo hasta aquí, nos mantuvo con vida cuando un león nos atacaba o éramos presa de cualquier peligro. El estrés es un mecanismo de defensa del cuerpo y como tal su misión es mantenernos con vida. Hoy en día, ese estrés que servía para mantenernos con vida ya no cumple la misma función porque salvo raras excepciones no tenemos que escapar de ningún león. En la antigüedad una vez terminado el peligro desaparecía el estrés en nuestro cuerpo. En la actualidad es diferente. Nuestro cerebro tiene la habilidad o desgracia (como queramos verlo) de ver el lado negativo de las cosas, si desconfías y le buscas la parte mala a algo es más probable que te mantengas con vida que si, por el contrario, eres muy confiado y ves todo de color de rosa. Por eso tendemos a ver lo malo que podría pasar y nos mantenemos en un estado de ansiedad. A posteriori vemos que la mayoría de las cosas que pensábamos que nos podían ocurrir no acaban sucediendo, pero aun así nos vemos envueltos en ese tipo de pensamientos. A pesar de esto no todo el estrés es malo. Los humanos contamos con un tipo de estrés llamado eustrés que nos ayuda a focalizar nuestra atención en lo que queremos conseguir. Es un estrés bueno que nos centra y nos motiva para conseguir aquello que...
LA IMPORTANCIA DE VALORARSE A UNO MISMO

LA IMPORTANCIA DE VALORARSE A UNO MISMO

Es importante empatizar y sentir aprecio y cariño por los demás pero más importante es confiar y quererse a uno mismo. En nuestros pensamientos están los límites que queramos ponernos. Esos pensamientos derivarán en unas acciones o en una ausencia de las mismas debido a creencias limitantes. Por tanto es importante confiar en nosotros mismos y ponernos las menos trabas posibles. También es importante confiar en las personas que conforman nuestro entorno para no limitarlas ni que se crean que no son capaces de hacer todo aquello que se proponen. El médico Mario Alonso Puig, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo nos habla en este vídeo de la importancia de esa confianza en uno mismo y en valorarse y quererse. Porque quererse a uno mismo no es egoismo sino el principio para querer a los...
LUCES Y SOMBRAS

LUCES Y SOMBRAS

No, no estamos pensando en escribir una novela con ese título. Es un título que guarda relación con lo visto anteriormente de los niveles neurológicos y la idea de querernos a nosotros mismos. Nosotros somos un ente que tenemos nuestras luces y nuestras sombras. Siempre queremos que frente a los demás se muestren esas luces y se minimicen lo máximo esas sombras pero no siempre sucede. Esto es debido a que únicamente contamos con un 7% de consciencia. El resto de muestra mente, es decir, un 93% de nuestra mente es inconsciente. No tenemos consciencia de muchas cosas que nos suceden, como por ejemplo algunas características de nuestra personalidad. Es por eso que a veces nuestro entorno puede percibir cosas de nosotros que nosotros no conocemos. ¿Un ejemplo? Podemos ser lo más pedante de este mundo y no darnos cuenta pero nuestro entorno sí. Cuando conocemos a alguien nos atraen sus valores, su conducta, etc (he aquí de nuevo los niveles neurológicos). Nos enamoramos de sus luces porque son una proyección de nuestras luces. Nos vemos proyectados en esa persona pero solo tomamos consciencia de esa parte positiva. A medida que la relación avanza vamos centrando el foco en las sombras. Ahora ya caemos en la cuenta de que no todo era de color de rosa y que también hay una parte negativa. Esas sombras también son una proyección de nosotros mismos, de todo aquello que no nos gusta en nosotros y que vemos proyectado en esa persona. ¿Qué hacer? Pues lo primero que haremos es querernos a nosotros mismos. Así de simple y así de difícil. Sólo cuando...
NIVELES NEUROLÓGICOS: LA IDENTIDAD

NIVELES NEUROLÓGICOS: LA IDENTIDAD

La pregunta ¿Quién soy yo? lleva a descubrir cuál es nuestra identidad, lo que somos. Así descubriremos cuál es nuestra función o misión en la vida. Esta es una pregunta que no solemos hacernos y por tanto puede parecer muy difícil de responder. Se refiere a la idea que tenemos sobre nosotros mismos, nuestra relación con nuestro propio ser. Todo lo que vimos antes relativo al entorno, comportamiento, capacidades, creencias y valores forman parte de uno mismo pero no son “yo” propiamente dicho. Hay que especificar que identidad no es lo mismo que personalidad. Esta última se refiere a la imagen que proyectamos ante los demás, mientras que la identidad se refiere al concepto que tenemos sobre nosotros mismos. La identidad se va forjando a lo largo de nuestra vida y hay que tener cuidado con aquellas personas con las que nos relacionamos de no atacársela. La identidad se ataca con frases como “eres un burro” “tú no eres capaz”, entre otras. Esto provoca que la persona acabe creyendo que todo eso es cierto y sabemos que cuando creemos que algo es cierto ponemos todos los sentidos en buscar indicios que lo conformen, aunque sea distorsionando la realidad. A una persona que le digan que es mala en matemáticas se lo acabará creyendo y no se esforzará, además de coger manía a dicha asignatura. Esto hará que se retrase respecto a sus compañeros y les cueste seguir la materia. Debido a esta dejadez se convencerá de que los que le dicen que es malo para los números tienen razón porque le cuesta seguir al resto pero, como bien hemos...
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