por gonzalo | Jun 28, 2016 | Blog, PNL
La pregunta ¿Quién soy yo? lleva a descubrir cuál es nuestra identidad, lo que somos. Así descubriremos cuál es nuestra función o misión en la vida. Esta es una pregunta que no solemos hacernos y por tanto puede parecer muy difícil de responder. Se refiere a la idea que tenemos sobre nosotros mismos, nuestra relación con nuestro propio ser. Todo lo que vimos antes relativo al entorno, comportamiento, capacidades, creencias y valores forman parte de uno mismo pero no son “yo” propiamente dicho. Hay que especificar que identidad no es lo mismo que personalidad. Esta última se refiere a la imagen que proyectamos ante los demás, mientras que la identidad se refiere al concepto que tenemos sobre nosotros mismos. La identidad se va forjando a lo largo de nuestra vida y hay que tener cuidado con aquellas personas con las que nos relacionamos de no atacársela. La identidad se ataca con frases como “eres un burro” “tú no eres capaz”, entre otras. Esto provoca que la persona acabe creyendo que todo eso es cierto y sabemos que cuando creemos que algo es cierto ponemos todos los sentidos en buscar indicios que lo conformen, aunque sea distorsionando la realidad. A una persona que le digan que es mala en matemáticas se lo acabará creyendo y no se esforzará, además de coger manía a dicha asignatura. Esto hará que se retrase respecto a sus compañeros y les cueste seguir la materia. Debido a esta dejadez se convencerá de que los que le dicen que es malo para los números tienen razón porque le cuesta seguir al resto pero, como bien hemos...
por gonzalo | Jun 22, 2016 | Blog, PNL
Cuando nacemos desconocemos si nuestros actos son buenos o son malos. Carecemos de conciencia ética para diferenciar las consecuencias de nuestros actos. Es ahí donde entran en escena nuestros padres y nuestro entorno para transmitirnos una serie de valores que la sociedad considera adecuados. Entonces ¿qué son los valores? Los valores son normas de comportamiento que están de acuerdo con lo que la mayoría consideramos correcto. Queremos que nuestros hijos sean honestos, que sean educados, que sean solidarios… pero una cosa es decirlo y otra hacerlo. Los niños son muy observadores, y si captan que sus progenitores les dicen “tienes que ser honesto y decir la verdad” pero hacen lo contrario en su día a día, imitarán los actos de sus padres y no las palabras o consejos porque de pequeños lo imitamos todo. En una misma sociedad puede haber valores diferentes y solemos juntarnos con personas que comparten los mismos valores que nosotros o por lo menos aquellos que consideramos nuestros valores principales. Por ejemplo, si para nosotros la salud y el deporte son valores primordiales tenderemos a juntarnos con personas que compartan en cierta medida esos valores y no con personas sedentarias o descuidadas. Este choque de valores se observa hoy en día en varios temas de actualidad. Los defensores de los animales vs defensores de las corridas de toros; o el tema de Cataluña. Hay gente que puede tener el nacionalismo como uno de sus valores primordiales y otros pueden no tenerlo como valor. Por eso es complicado entender al otro. Nos cuesta entender y relacionarnos con gente que no comparte nuestros mismos valores. En nuestra...
por gonzalo | Jun 15, 2016 | Blog, PNL
El siguiente nivel neurológico situado en la pirámide son las creencias. Las creencias tienen mucha importancia porque influyen en lo que somos, en lo que hacemos, en lo que pensamos, creemos, buscamos… Responden a la pregunta ¿Por qué hago o haría las cosas? Y se refieren a nuestra realidad personal. No a una realidad objetiva sino a la percepción que nosotros tenemos sobre algo o sobre nosotros mismos. Por eso tienen una influencia tan elevada en nuestro día a día. Las creencias son el permiso que nos damos para hacer o dejar de hacer algo y determinan nuestra percepción. Si creemos que algo es cierto (aunque no lo sea) vamos a buscar por todas las maneras inimaginables, indicios que corroboren esa creencia y acabaremos encontrándolas, aunque sea distorsionando la realidad. Las creencias tienen su origen en la cultura en la que nacemos y vivimos, en el entorno familiar más cercano y en vivencias personales que hayamos vivido. Por tanto es importante que desde niños nos sintamos queridos y animados a conseguir todo aquello que nos propongamos. Que los fallos son parte del camino y del aprendizaje, y por tanto, no se deben a incompetencias o incapacidades. Si el niño recibe este apoyo crecerá con una seguridad mayor y se sentirá capaz de realizar todo lo que quiera conseguir. A partir de esto se puede hablar de creencias limitantes y potenciadoras. En las primeras no nos sentimos capaces de hacer y conseguir algo y por tanto nuestro cerebro nos predispone para ello. Las creencias limitantes están presentes en todos nosotros y esto se debe a que el cerebro busca posibles...
por gonzalo | Jun 1, 2016 | Blog, PNL
El siguiente nivel neurológico tras el entorno y la conducta serían las capacidades. A partir de aquí nos adentramos en un grado más profundo de la experiencia humana y por tanto es vital tomar conciencia de cómo hacemos lo que hacemos o por qué no lo hacemos. ¿Cómo haces lo que haces? ¿Cuál sería vuestra respuesta a esta pregunta? Es una pregunta que probablemente nunca nos hayamos planteado. Es un nivel en que no tomamos conciencia, y es preciso para cambiar aquello que queremos cambiar (si está a este nivel). Las capacidades se refieren a estados internos que permiten generar o no ciertas conductas y responden a la pregunta ¿Cómo lo hago o cómo me impido hacerlo? ¿Cómo puedo o no puedo? Un niño que tenga 6 años empieza a ser consciente de sus conductas y puede razonar acerca de las causas y consecuencias de sus conductas. Por tanto, cuenta con las actitudes o capacidades para poner en práctica un determinado comportamiento o no. Aquí, en la infancia, se desarrollan las estrategias mentales. Con las capacidades o habilidades que vamos adquiriendo somos capaces de dar respuesta a las situaciones a las que nos enfrentamos y el cerebro tendrá los recursos suficientes para ello. Si a medida que vamos creciendo no nos apropiamos de esas habilidades contaremos con unas emociones descontroladas que nos imposibilitaran a vivir una vida que realmente queramos vivir. Nuestras Capacidades aumentan aprendiendo. Y no nos estamos refiriendo exclusivamente a las enseñanzas aprendidas en la escuela o universidad: aprendemos durante toda la...
por gonzalo | May 26, 2016 | Blog, PNL
Hablamos en el post anterior de los niveles neurológicos como una forma de estructurar nuestros pensamientos. Influyen en lo que somos y en cómo respondemos o actuamos en la vida. El primer nivel al que hacíamos referencia es el entorno y como su influencia es determinante para bien o para mal. El siguiente nivel en la pirámide sería la conducta. La conducta se va moldeando desde que somos pequeños y se refiere a la respuesta que damos a los estímulos que recibimos. A los 2 o 3 años empezamos nuestro aprendizaje de forma consciente. La experiencia correcta de este aprendizaje permite ir adquiriendo un equilibrio y una soltura necesarios. Como un buen soporte para el resto de la vida. Las carencias que se produzcan en este nivel van a afectarnos de manera negativa, provocando conductas inadecuadas o inefectivas con consecuencias negativas. Además estas conductas inadecuadas van a afectar en los niveles superiores. Se dice que según nuestra conducta podemos ser proactivos, colaboradores, reactivos, pasivos o negativos. La conducta tiene que ver con la pregunta ¿qué hago? Podemos verlo en un ejemplo. Imaginemos a un niño que se le dan mal las matemáticas. El profesor le dice que no vale para los números y sus padres también. El niño acaba creyendo que es malo y deja de esforzarse. Esto afectaría a un nivel neurológico llamado identidad (el yo) que veremos más adelante. Para que el niño cambie y adquiera más confianza y autoestima hay que empezar a hacer cambios desde abajo: que el entorno lo anime más y tenga mayor confianza en él, para posteriormente incidir en la idea de...
por gonzalo | May 6, 2016 | Blog, PNL
Desde la perspectiva de la Programación Neurolingüística se definen 3 maneras de percibir el mundo: a través de la vista, a través del oído y a través de sensaciones kinestésicas (donde se engloba el tacto, el olfato y el gusto). A estas maneras de percibir el mundo que nos rodea se le conoce como Sistemas Representacionales. Captamos el mundo que nos rodea con todos y cada uno de nuestros sentidos pero contamos con uno principal que destaca por encima del resto. ¿Y cómo nos acordamos de algo? Cuando pensamos en lo que vemos, oímos y sentimos, creamos estas vistas, sonidos y sentimientos internamente. Es decir, puede que haya gente que recuerde viendo imágenes, otro escuchando sonidos y otro sintiendo lo que sintió en el momento que ahora está recordando. De manera inconsciente, hay personas que tienen predilección por el sistema visual. Se fijan más en los detalles visuales y piensan en imágenes, bien sea creadas o imaginadas. Este tipo de personas suelen hablar rápido porque como ven imágenes necesitan expresar con rapidez lo que van observando en su cabeza. Su discurso suele ser circular debido a que hablan según la imagen que aparece y la respiración superficial. Utilizan predicados como “no lo veo” o “lo veo bastante claro”. Otro tipo de personas tienen mayor predilección por los detalles auditivos. Su discurso está más orquestado. Van escuchando lo que tienen que decir y se expresan ordenadamente. La respiración es homogénea por todo el pecho. El discurso es más lineal y sus predicados son del tipo “no me suena” o “soy todo oídos”. Los kinestésicos tienen inclinación hacia las sensaciones. Hablan...