por gonzalo | Sep 5, 2016 | Inteligencia emocional
¿No os ha pasado alguna vez que dependiendo de vuestro estado de ánimo veis las cosas de una determinada manera? y es que no es lo mismo estar alegre y eufórico que triste o enfadado. Según nuestro estado vamos a responder de una determinada manera ante los estímulos. Por tanto, el estado de ánimo influye en nuestra manera de ver las cosas. Un ejemplo lo podemos ver en una relación de pareja. Cuando estamos enfadados por algún motivo esto influye en nuestros pensamientos y es probable que paguemos nuestro enfado o frustración con la otra persona. Somos más susceptibles y con cualquier pequeña cosa que no nos guste de la otra persona ya se lo recriminamos. Todo lo vemos negro, incluso esa persona. Se trata del enfado sobre el enfado. Y es que cuando estamos malhumorados cualquier pequeña cosa incrementa el enfado inicial. Pero también existe la situación contraria. Cuando estamos felices y pletóricos influye, de la misma manera, en nuestro pensamiento y por tanto en nuestra relación con los demás. Lo que debemos hacer es intentar que nuestro estado de ánimo no influya en nuestros pensamientos (para no distorsionarlos) ni en la relación con los demás. Tenemos que aceptar la emoción que estamos viviendo y qué es lo que tenemos que hacer para dejar de sentirnos así. Ver qué necesitamos para que esa emoción desaparezca, qué nos falta. Lo que no se debe hacer es pagar nuestro enfado con los demás....
por gonzalo | Ago 24, 2016 | Inteligencia emocional, Mente humana
Seguro que muchos de vosotros habéis escuchado esta frase millones de veces. Me viene a la mente sobre todo en el cine cuando alguien la suelta y además se jacta de ello como si fuese algo bueno. “Cada uno es como es y no se puede (ni se debe) cambiar“. Pues bien, se trata de una creencia limitante. Es una falacia decir que cada persona es de una determinada manera y que así debe ser hasta el final de los días. Pobre de aquellos que intenten cambiar porque perecerán en el camino… Un médico español, Santiago Ramón y Cajal, hablaba ya a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, acerca de la idea de que “todo ser humano puede ser escultor de su propio cerebro si se lo propone”. Si salimos de nuestra zona de confort y cambiamos nuestra manera de pensar y actuar se producen nuevas conexiones neuronales. Por tanto llegamos a cambiar en nuestra manera de ver las cosas. Si hay un comportamiento con el que no estamos conformes podemos llegar a cambiarlo con el tiempo gracias a esas sinapsis (o conexiones neuronales). En nuestras manos está el cambiar nuestra forma de ser. El cerebro es moldeable y sí queremos podemos actuar sobre él. Esto requiere de un cierto tiempo para que las sinapsis entre neuronas sea fuerte y esa manera de pensar llegue a formar parte de nosotros. Por eso se habla a menudo de que un hábito son 21 días porque se dice que es lo que se necesita para que un comportamiento acabe formando parte de nosotros. Todo esto provoca que una...
por gonzalo | Ago 3, 2016 | Inteligencia emocional
Cuenta el doctor Mario Alonso Puig en su recomendadísimo libro “Vivir es un asunto urgente” que en cierta ocasión se disponía a asistir a una entrevista junto a uno de los asistentes a uno de sus seminarios. El motivo era hablar de su situación personal y profesional. Como Puig tenía una importante reunión a posteriori su mente enjuiciadora, cuenta, empezó a mostrarle la frustración por tener que visitar a esa persona que poco le podría aportar. Pero de repente una pregunta surgió. ¿Si ese individuo fuese el presidente de una empresa o el decano de una prestigiosa universidad la reacción sería de frustración? La respuesta, expresa Puig en su libro, es clara: NO. En muchas ocasiones nos dejamos engatusar por esa voz enjuiciadora y no escuchamos a las personas ni las vemos como lo que son: personas. Simplemente nos dejamos llevar por esa voz interior. Esa voz interior nos aleja de las personas, nos aparta de los demás y no nos hace quererlos si no se comportan como nosotros pensamos que deben comportarse o actuar. Además da por supuestas situaciones que puede que no se produzcan. Cuantas veces, al ver que nuestra pareja se retrasa en más de una ocasión nos asalta una voz interior diciendo “este o esta me está poniendo los cuernos”. Si en vez de enjuiciar escuchásemos plenamente a la otra persona, sin juicios, comprenderíamos que ambos crecemos en el desarrollo de cada uno. En cambio, si lo que prima es enjuiciar a la otra persona no estaremos atendiendo plenamente a aquello que nos quiere transmitir y nos apartaremos de esa persona. Tenemos que abrir nuestro...
por gonzalo | Jul 18, 2016 | Inteligencia emocional, Mente humana
Es importante empatizar y sentir aprecio y cariño por los demás pero más importante es confiar y quererse a uno mismo. En nuestros pensamientos están los límites que queramos ponernos. Esos pensamientos derivarán en unas acciones o en una ausencia de las mismas debido a creencias limitantes. Por tanto es importante confiar en nosotros mismos y ponernos las menos trabas posibles. También es importante confiar en las personas que conforman nuestro entorno para no limitarlas ni que se crean que no son capaces de hacer todo aquello que se proponen. El médico Mario Alonso Puig, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo nos habla en este vídeo de la importancia de esa confianza en uno mismo y en valorarse y quererse. Porque quererse a uno mismo no es egoismo sino el principio para querer a los...
por gonzalo | Jul 11, 2016 | Inteligencia emocional, Mente humana
No, no estamos pensando en escribir una novela con ese título. Es un título que guarda relación con lo visto anteriormente de los niveles neurológicos y la idea de querernos a nosotros mismos. Nosotros somos un ente que tenemos nuestras luces y nuestras sombras. Siempre queremos que frente a los demás se muestren esas luces y se minimicen lo máximo esas sombras pero no siempre sucede. Esto es debido a que únicamente contamos con un 7% de consciencia. El resto de muestra mente, es decir, un 93% de nuestra mente es inconsciente. No tenemos consciencia de muchas cosas que nos suceden, como por ejemplo algunas características de nuestra personalidad. Es por eso que a veces nuestro entorno puede percibir cosas de nosotros que nosotros no conocemos. ¿Un ejemplo? Podemos ser lo más pedante de este mundo y no darnos cuenta pero nuestro entorno sí. Cuando conocemos a alguien nos atraen sus valores, su conducta, etc (he aquí de nuevo los niveles neurológicos). Nos enamoramos de sus luces porque son una proyección de nuestras luces. Nos vemos proyectados en esa persona pero solo tomamos consciencia de esa parte positiva. A medida que la relación avanza vamos centrando el foco en las sombras. Ahora ya caemos en la cuenta de que no todo era de color de rosa y que también hay una parte negativa. Esas sombras también son una proyección de nosotros mismos, de todo aquello que no nos gusta en nosotros y que vemos proyectado en esa persona. ¿Qué hacer? Pues lo primero que haremos es querernos a nosotros mismos. Así de simple y así de difícil. Sólo cuando...
por gonzalo | Abr 21, 2016 | Blog, Inteligencia emocional
No es una pregunta política ni ha cambiado la temática del blog. Todo tiene una explicación. Y es que el doctor Mario Alonso Puig, un médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, explica en su recomendadísimo libro “El cociente agallas” que desde que nacemos se presenta una mayor actividad en el hemisferio izquierdo del cerebro o en el hemisferio derecho, dependiendo de la persona. ¿Esto qué quiere decir? La explicación es sencilla pero empecemos por el principio. Muchas investigaciones se han producida acerca del estudio de las emociones y de cómo sentimos los humanos. En una de estas investigaciones, Guido Gainotti, de la Universidad de Perugia, descubrió que personas que tenían afectadas la parte izquierda del cerebro estaban a menudo tristes y abatidas. En cambio, otro grupo de personas, cuyas lesiones se situaban en el lado derecho, se reían de una manera patológica. Por tanto se acabó descubriendo que cuando le damos vueltas a cosas tristes o pensamientos negativos, la parte que se mantiene más activa es la región derecha. En cambio, cuando estamos felices y risueños es el hemisferio izquierdo el que más trabaja. En definitiva, la región prefrontal izquierda es sinónimo de emociones positivas y la región prefrontal derecha es generadora de emociones negativas. ¿Una buena forma de fomentar la activación de la región siniestra? La sonrisa o el buscar el lado positivo a las cosas. Si quieres descubrir cuál de los dos hemisferios se activan en mayor medida en tu persona puedes hacerlo. Puig da algunas pistas sobre ello. Por ejemplo si tienes miedo a lo nuevo, eres inseguro y desconfiado o tiendes a...