Desde la perspectiva de la Programación Neurolingüística se definen 3 maneras de percibir el mundo: a través de la vista, a través del oído y a través de sensaciones kinestésicas (donde se engloba el tacto, el olfato y el gusto). A estas maneras de percibir el mundo que nos rodea se le conoce como Sistemas Representacionales.
Captamos el mundo que nos rodea con todos y cada uno de nuestros sentidos pero contamos con uno principal que destaca por encima del resto. ¿Y cómo nos acordamos de algo? Cuando pensamos en lo que vemos, oímos y sentimos, creamos estas vistas, sonidos y sentimientos internamente. Es decir, puede que haya gente que recuerde viendo imágenes, otro escuchando sonidos y otro sintiendo lo que sintió en el momento que ahora está recordando.
De manera inconsciente, hay personas que tienen predilección por el sistema visual. Se fijan más en los detalles visuales y piensan en imágenes, bien sea creadas o imaginadas. Este tipo de personas suelen hablar rápido porque como ven imágenes necesitan expresar con rapidez lo que van observando en su cabeza. Su discurso suele ser circular debido a que hablan según la imagen que aparece y la respiración superficial. Utilizan predicados como “no lo veo” o “lo veo bastante claro”.
Otro tipo de personas tienen mayor predilección por los detalles auditivos. Su discurso está más orquestado. Van escuchando lo que tienen que decir y se expresan ordenadamente. La respiración es homogénea por todo el pecho. El discurso es más lineal y sus predicados son del tipo “no me suena” o “soy todo oídos”.
Los kinestésicos tienen inclinación hacia las sensaciones. Hablan muy despacio, sintiendo lo que dicen y su respiración es muy profunda. Su discurso incluye expresiones tales como “me siento bien” o “hacer de tripas corazón”.
Estos son algunos indicativos para conocer qué tipo de sistema representacional predomina en ti o para descubrirlo en los demás. Aunque como todos tenemos algo de los tres es importante cerciorarse bien antes de emitir un juicio definitivo.